domingo, 21 de noviembre de 2021

Variedades de la experiencia constructivista (o ¿qué es ahora la CO de ASEPCO?)


Se da la circunstancia de que esta entrada en nuestro blog coincide con la noticia de la muerte de Aaron Beck a sus cien años hace sólo unos días.

Quisiéramos que sirviese pues de homenaje y muestra de nuestro más profundo respeto y admiración para quien fue sin duda alguna uno de los fundadores de la terapia cognitiva. La capacidad de Beck de ir más allá del conocimiento disponible en sus tiempos y fundar lo que constituyó la base de toda una forma alternativa de concebir al ser humano y sus procesos de cambio son absolutamente indiscutibles.

Sin ningún género de dudas, si estamos donde estamos es porque en muchos sentidos caminamos subidos a hombros de gigantes. Y también sin ningún género de dudas Aaron Beck fue uno de esos gigantes.

Cuando fundamos ASEPCO en la Barcelona olímpica de los años 90 del siglo pasado (sí, del siglo pasado) y ante la pregunta de por qué no llamarla ya entonces Asociación Española de Psicoterapias Constructivistas, la reflexión fue que Cognitivas era un término mucho más (re)conocido y facilitaría su posicionamiento. Efectivamente en ese momento era así, aunque de hecho si solo se trata de lo conocido del adjetivo es muy probable que aún lo siga siendo ahora 30 años después… sí, ¡30 años!

¿Qué ha variado pues en esas tres décadas de cambio de siglo que haga que la CO de ASEPCO tenga ahora mayor sentido como COnstructivista que como COgnitiva? Pues básicamente que la mayoría de sus soci@s no se identifican con un modelo de terapia cognitiva clásico, aunque lo integren en muchos casos. Esta entrada intenta ayudar a comprender más plenamente esta deriva histórica. Treinta años y un cambio de siglo merecen este adjetivo aunque esté bastante desgastado últimamente por su sobreutilización debido a todo lo que nos ha tocado vivir en más de un ámbito.

La Terapia Cognitiva en el modelo clásico de Beck, y sus variantes en las diferentes versiones que surgen en la segunda mitad del siglo pasado, vienen inicialmente marcadas por un acentuado racionalismo que tenía mucho sentido desde dichos modelos pero que ya desde entonces marcó una diferencia clara entre esos modelos y los constructivistas. Mientras los primeros tenían claro que uno de los factores que da lugar al sufrimiento humano objeto de la psicoterapia son las cogniciones irracionales, los constructivistas, por motivos epistemológicos entre otros, discrepaban del uso del término. 

Efectivamente, si el conocimiento se concibe como una construcción que se acerca progresivamente a la realidad pero nunca la alcanza del todo, como una asíntota en la metáfora de Kelly, es difícil concebir cómo algo puede ser racional o irracional en términos dicotómicos de lógica aristotélica. Más bien parece que una “cognición” puede ser más o menos útil, predictiva, funcional… quizás incluso inspiradora, pero siempre en mayor o menor medida, no de forma absoluta. Y, sobre todo, que si lo “racional” se mide por la comparación con un modelo correcto y cierto de la realidad, se entra en la difícil posición filosófica de determinar cuál es ese modelo que opera al margen de las construcciones humanas.

Otra objeción del COnstructivismo a las terapias COgnitivas clásicas era el uso del término “cognitivo” como sinónimo de intelectual y diferenciado de lo emocional. En ese punto, por poner a Kelly de nuevo como ejemplo, él mismo discrepó explícitamente de que la Teoría de Constructos Personales fuese “cognitiva”… o al menos no más cognitiva que “emocional”, decía él.

La labor continuada de much@s de l@s terapeutas posicionad@s ya como constructivistas desde esa época inicial de ASEPCO ha hecho sin duda evolucionar a las Terapias Cognitivas hacia posiciones más próximas a esa epistemología. Leer trabajos (o ver sesiones) de terapia cognitiva contemporánea así lo atestigua. Así, “lo COgnitivo” y “lo COnstructivista” han sido objeto de otra CO… la CO-deriva.

Y aún así, o quizás debido a ello, una mayoría de l@s socio@s de ASEPCO prefirieron el término constructivista para identificar la CO de su asociación. Mi impresión es que, entre otras cosas, eso se debe a que hoy en día es fácil pensar en el constructivismo como algo más que “una terapia”; como una epistemología que abarca y potencialmente integra diferentes terapias que comparten una idea nuclear (si bien luego cada una la desarrolle en direcciones diferentes): que la experiencia no dicta su significado sino que este es producto de un proceso de construcción muy humano. Es fácil ver como en este punto coinciden toda una pléyade de terapias y orientaciones teóricas contemporáneas: narrativas, posmodernas, cognitivas, humanistas y sistémicas entre otras.

Y precisamente eso (el potencial integrador del constructivismo como epistemología) es algo que desde ASEPCO algun@s ya argumentábamos desde sus orígenes. Por eso, y también desde mi posición absolutamente personal, discutible y revisable, por supuesto, la CO de constructivista integra la CO de cognitivo y ofrece ventajas muy distintivas para encarar como asociación un futuro de la psicoterapia marcado por tendencias como lo transdiagnóstico, la integración o los aportes de nuevas disciplinas (o los nuevos aportes de disciplinas que no son exactamente nuevas) y que van desde las teorías literarias a la neurobiología, la Inteligencia Artificial o la Lógica Difusa… entre muchas otras y sin pretensión ninguna de exhaustividad.

Así que, COmpañer@s, COlaboremos en la CO-construcción de un futuro que nos saque a tod@s de una vez de las dificultades que nos han tocado vivir. Bienvenidas las variedades de la experiencia CO, y que nos ayuden a COntribuir como terapeutas a que nuestros clientes (y nosotr@s mism@s) podamos seguir elaborando nuestros ciclos de experiencia, narrativas, sistemas de constructos, cogniciones, relaciones y demás de forma óptima en estos nuevos años 20 y en adelante.

Luis Botella

Miembro fundador de ASEPCO. Didacta, Psicoterapeuta y supervisor.

(Entrada publicada originalmemte en el Blog de ASEPCO)