Procesar la pérdida y el duelo tras desastres naturales es algo profundamente personal. En estos casos, a diferencia de otros tipos de pérdida, hay una situación multitraumática añadida, ya que la pérdida de familiares o seres queridos se acompaña de muchas otras (del hogar, las pertenencias, el lugar de trabajo, la normalidad académica, los transportes, las condiciones de vida, la seguridad, la atención médica...). Es esperable que con el tiempo se puedan recuperar algunas de esas necesidades prácticas básicas, alcanzando una "nueva normalidad", tal como experimentamos hace años después de la pandemia y el confinamiento. Sin embargo, dada la magnitud de las inundaciones y sus secuelas en el caso que estamos viviendo, algunas cosas nunca volverán a ser iguales: nuestras posesiones más preciadas pueden haber sido arrastradas por el temporal; los árboles del parque del vecindario derribados por el torrente de agua y escombros; edificios históricos estructuralmente dañados reemplazados por construcciones contemporáneas... y, por supuesto y lo más doloroso de todo, pérdidas de personas que les daban sentido a nuestras propias vidas.
Más sutilmente, pero con la misma profundidad, nuestras creencias fundamentales—que el mundo es seguro, que la vida es justa, que tenemos cierto control sobre lo que nos sucede, y quizás incluso nuestra confianza en las autoridades, en el destino, en Dios o en el universo—pueden haber sido arrasadas junto con nuestras pertenencias físicas, dejándonos en un paisaje que nos parece ajeno por el desastre. Estos efectos psicológicos del trauma pueden perdurar durante años.
¿Qué se puede hacer para adaptarse a un cambio tan catastrófico? A continuación sugerimos algunas estrategias que pueden ayudar en este difícil camino, después de los primeros días o semanas de shock inmediato y la necesidad urgente de orientación sobre la realidad de la pérdida y la recuperación de las condiciones de vida esenciales:
- Reconoce y valida tus emociones: Es normal experimentar una amplia gama de sentimientos tales como tristeza, rabia, confusión, impotencia o entumecimiento. Todos ellos son expresiones de duelo por la pérdida de personas, lugares y recursos que alguna vez dieron un sentido familiar a la vida. Aceptar y entender que estas emociones son respuestas naturales a la pérdida es un paso crucial para reconstruirse.
- Conecta con recursos comunitarios: Muchas comunidades ofrecen servicios de apoyo para los supervivientes de desastres, incluyendo asesoramiento y programas de ayuda. Acceder a estos recursos puede brindar un apoyo adicional.
- Busca apoyo: Conéctate con amigos, familiares o grupos de apoyo que puedan ofrecerte escucha y apoyo emocional. Ya sea cara a cara o en redes sociales, busca la compañía de otros que "han pasado por lo mismo", que entienden lo que tú y tu familia estáis atravesando, y que pueden ofrecer consejos constructivos sobre cómo afrontarlo mejor. Compartir tus experiencias puede aliviar sentimientos de aislamiento y fomentar un sentido de comunidad.
- Participa en rituales significativos: Organiza o participa en rituales personales, comunitarios o culturales que honren la pérdida según tus valores y creencias; funerales, memoriales, o la creación de algún tipo de homenaje o legado. Estas prácticas pueden aportar sentido, transición y respeto por tu pérdida, y reafirmar tu conexión con una comunidad más amplia de apoyo.
- Mantén una rutina: Ante eventos aleatorios y caóticos, busca un nuevo sentido de orden y normalidad, tanto para ti como para tu familia. Cocinad y comed juntos en cuanto las condiciones lo permitan. Vuelve lo antes posible a los horarios normales de despertarse, trabajar, estudiar y dormir. Reestablecer gradualmente rutinas diarias puede aportar una sensación de nueva estabilidad, ayudándote a ti y a tus seres queridos a manteneros centrados en tiempos turbulentos.
- Exprésate creativamente: Cuando las pérdidas van más allá de lo que el lenguaje literal puede capturar es frecuente que recurramos al arte para expresar lo inexpresable: el Guernica de Picasso es un buen ejemplo. Usa medios como la escritura creativa, el arte o la música para procesar emociones que pueden ser difíciles de expresar verbalmente.
- Limita la exposición a medios de comunicación: La exposición continua a noticias relacionadas con el desastre puede magnificar el estrés y la ansiedad. Más allá de escuchar o leer avisos importantes, establecer límites en el acceso a los medios puede ayudar a gestionar el bienestar emocional.
- Practica el autocuidado: Prioriza tu salud física mediante un descanso adecuado, una nutrición equilibrada y ejercicio, incluso si es trabajo físico de limpieza, desescombro o reparación. Gradualmente, trabajando juntos, el mundo puede ser reconstruido. Realizar actividades que te brinden calma y relajación también puede contribuir a la recuperación emocional.
- Ofrece cuidado a los demás: Más allá de atender a tus propias necesidades reales, considera lo que podrías ofrecer a otros, especialmente a aquellos más vulnerables que tú: un niño asustado o triste, un vecino en duelo, una persona mayor aislada. Actos sencillos de amabilidad, como ayudar en la limpieza, preparar una comida especial o visitar a alguien para tomar un café, pueden contribuir a reconstruir lazos, mejorar la seguridad y recordarnos que aún tenemos cierto control sobre cómo respondemos a circunstancias trágicas que no elegimos.
- Vive según tus valores: Las crisis también pueden movilizar acciones conscientes. ¿Este desastre reveló vulnerabilidades cruciales en la gestión de sistemas de prevención que requieren una inversión gubernamental importante? ¿Podría ser una "llamada de atención" para actuar políticamente y abordar aún más a fondo el cambio climático a nivel nacional e internacional? Expresar tus preocupaciones y abogar por ellas ahora y en futuras elecciones puede ser una contribución constructiva hacia un futuro más habitable, no sólo para nosotros, sino también para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
- Busca ayuda profesional: Si los sentimientos de duelo se vuelven abrumadores o persisten, considera consultar a un profesional de salud mental con experiencia en trauma, pérdida y duelo. Pueden ofrecer estrategias personalizadas para ayudarte a sobrellevar tus pérdidas y encontrar una forma de adaptación.
- Sé paciente contigo mismo: El duelo es un proceso no lineal que varía para cada individuo. Date el tiempo y el espacio necesarios para rehacerte sin imponer plazos o expectativas estrictas. Al igual que el impacto físico de la DANA en las comunidades llevará tiempo en repararse, también lo harán sus efectos en quienes deben vivir en medio de estos factores de estrés mantenidos.
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Robert A. Neimeyer |
El Dr. Robert A. Neimeyer es un psicólogo y psicoterapeuta estadounidense reconocido mundialmente por sus aportes en el estudio del duelo y la psicoterapia constructivista. Es Profesor Emérito del Departamento de Psicología en la Universidad de Memphis y editor de las prestigiosas revistas científicas Journal of Constructivist Psychology y Death Studies. Mantiene una práctica activa de consultoría y terapia y es el director del Portland Institute for Loss and Transition, una institución dedicada a ofrecer formación internacional e interdisciplinaria para profesionales de la salud mental que trabajan con personas que pasan por pérdidas significativas. Además de su rol directivo, Neimeyer participa activamente en la formación y supervisión de programas internacionales de certificación en terapia de duelo basados en el enfoque de reconstrucción de significado.
Ha sido Presidente de la Association for Death Education and Counseling (ADEC) y del International Work Group for Death, Dying, & Bereavement. Ha publicado más de 600 artículos de investigación y 35 libros sobre pérdidas y duelo, así como sobre psicoterapia constructivista. Entre sus obras destacadas se encuentra Aprender de la pérdida: Una guía para afrontar el duelo, en la que ofrece una perspectiva innovadora sobre el proceso de duelo, considerándolo un proceso activo de reconstrucción de significado.
Su enfoque crítico hacia las teorías tradicionales del duelo ha influido en la comprensión contemporánea de este, enfatizando la importancia de los significados personales y culturales en la experiencia de la pérdida.