El estudio de Elizabeth St. John y sus colegas (2024) publicado en The Humanistic Psychologist explora la relación entre la construcción del sentido de la vida y la salud mental en niños, un vínculo bien documentado en adultos, pero menos estudiado en la infancia. El trabajo analiza cómo una "mentalidad de significado," definida a través de factores tales como la agencia, la autoestima, la esperanza y la apertura a nuevas experiencias, puede ser determinante en el bienestar psicológico de los niños. El estudio encontró que los niños con un sentido más fuerte de significado en sus vidas reportaban mejores niveles de salud mental y menos síntomas de ansiedad, depresión y conductas problemáticas. La mentalidad de significado, en este contexto, explica hasta el 50% de la variación en los puntajes de indicadores de salud mental en la muestra estudiada.
La investigación incluyó a 62 niños canadienses entre 6 y 12 años, que completaron el Cuestionario de Identidad y Propósito Infantil (Ch.I.P.) para medir su sentido de significado. Este instrumento evalúa la percepción de los niños de su propio valor y propósito mediante preguntas sobre aspectos como la autoestima y la agencia. Para evaluar la salud mental, se utilizó el cuestionario de Evaluación Interactiva de Síntomas (ISA), que incluye indicadores de bienestar y síntomas como ansiedad y depresión. Aunque la asistencia a servicios religiosos no mostró una influencia directa en la salud mental, sí se observó que podía contribuir al desarrollo de una mentalidad de significado, lo cual sugiere un vínculo indirecto.
Desde una perspectiva constructivista integradora, este estudio nos invita a reflexionar sobre la construcción activa de un sentido de significado en los niños como un proceso relacional y cultural. En el constructivismo, entendemos el sentido de significado no como algo que los niños simplemente "tienen" o "no tienen," sino como una narrativa en desarrollo que depende de su entorno social y sus experiencias. Este enfoque destaca la importancia de la co-construcción: los niños crean y fortalecen su sentido de propósito y valor a través de las relaciones con adultos, compañeros y la comunidad en general, quienes les ofrecen contextos y marcos de interpretación que moldean su comprensión de sí mismos y de sus vidas.
Un aspecto relevante de este estudio es la relación entre la agencia y la salud mental. Los niños que experimentaban un mayor sentido de control sobre sus decisiones y acciones, reportaban mejores resultados en términos de bienestar. Desde el constructivismo, este sentido de agencia puede interpretarse como la percepción de ser protagonistas de su propia vida, un factor clave para construir una identidad positiva y resiliente. La agencia, junto con la autoestima, la esperanza y la apertura, permite a los niños construir una narrativa coherente y significativa que les ayuda a interpretar sus experiencias de forma positiva, lo cual es esencial para su desarrollo emocional y cognitivo.
Este trabajo también ofrece una reflexión sobre el papel de la espiritualidad y el entorno cultural. Aunque la asistencia a servicios religiosos no se asoció directamente con una mejor salud mental, sí parece que puede promover una mentalidad de significado en los niños. Esto sugiere que los entornos que ofrecen una estructura narrativa sobre el sentido de la vida pueden ser útiles, siempre y cuando permitan al niño apropiarse de estas narrativas de manera flexible y adaptativa. Desde una perspectiva constructivista integradora, esta flexibilidad es esencial para que el niño pueda adaptar el significado a su experiencia única y no limitarse a adoptar ideas externas sin integrarlas genuinamente en su propia identidad.
En conclusión, el estudio aporta evidencia sobre la importancia de fomentar un sentido de significado en los niños, lo cual tiene implicaciones significativas para padres, educadores y terapeutas. Promover espacios donde los niños puedan explorar y construir su propio sentido de propósito y valor, en lugar de imponerles un significado predeterminado, es clave para su desarrollo integral. Desde un enfoque constructivista integrador, el papel de los adultos debería centrarse en acompañar y facilitar este proceso, ayudando a los niños a descubrir, construir y reconstruir el sentido de su vida en función de sus experiencias y relaciones.
Referencias
St. John, E., Armstrong, L. L., & Watt, E. (2024). Meaning as an early determinant of mental health in children. The Humanistic Psychologist. https://doi.org/10.1037/hum0000328